Fisuras costales

La fisura de costilla es una pérdida de continuidad parcial en la misma, mientras que la fractura costal es una pérdida de continuidad total.

Causas de la fisura de costilla.

En condiciones normales y no presencia de enfermedad de mineralización ósea como osteoporosis u osteopenia, son traumatismos a alta velocidad que generan una gran fuerza los responsables de la fisura o fractura de costillas.

Caídas sobre el tronco, a mayor altura más energía cinética y mayor impacto o fuerza, deportes de contacto como boxeo o artes marciales mixtas y accidentes de tráfico en que el se golpee el tronco.

En el caso de deportistas se pueden dar por estrés e impactos repetidos por tracción de la musculatura.

En el caso de presencia de patología ósea, un impacto de muy poca fuerza es capaz de fracturar una o varias costillas, ejemplo, chocarse contra la pared al perder el equilibrio desde una distancia muy corta.

Síntomas de la fisura de costilla:

Dolor torácico en la zona de la lesión que empeora en los movimientos costales, inspiración, espiración y en los movimientos de la columna, en especial en flexión, rotación contralateral y flexión homolateral por las inserciones con los abdominales.

En el caso de las fracturas puede aparecer inflamación o deformidad en la zona y/o hematoma.

Complicaciones de la fisura de costilla:

En el caso de no hacer un reposo preventivo para consolidar la fisura, se puede desarrollar una fractura.

Las fracturas por su parte si no están desplazadas mientras consoliden bien y no se mueva la zona no hay problema, si la inmovilización es muy laxa pueden desarrollar pseudoartrosis, en vez de una cicatriz ósea una cavidad con líquido en el interior, más débil estructuralmente.

Si las fracturas están desplazadas pueden perforar los pulmones, dando lugar a patología pulmonar como neumotórax o hemotórax. En el caso de la primera costilla puede seccionar grandes vasos y ser mortal.

Mediante radiografía se pueden ver las fisuras costales o fracturas sin condición de patología ósea, en ese caso mediante TAC se evitarán falsos negativos.

Tratamiento de la fisura:

Inmovilización parcial, evitando los movimientos bruscos de columna, salvo fracturas de costillas muy severas no hace falta utilizar corsé.

Se puede utilizar magnetoterapia para mejorar la consolidación ósea.

La inmovilización si es una fisura alcanza las 3 semanas y en caso de fractura puede demorarse hasta las 6 semanas.

En este tiempo la fisioterapia respiratoria ayuda a mantener los volúmenes respiratorios normales y evitar que disminuyan.

Una vez consolidada la fisura o fractura se inician los ejercicios de movilidad, empezando por los de flexión y extensión, tipo gato, para después pasar a los de inclinación del lado homolateral y después al contralateral, los de rotación se inician en acortamiento, hacia el mismo lado y finalmente hacia el lado contrario en estiramiento. Serían los giros de columna de Pilates.

En esta fase se recomienda fortalecer los músculos de las escápulas como trapecios, romboides, además de rotadores de hombros, tanto externos como internos.

Los ejercicios de piernas, sin peso están indicados para evitar perder masa muscular y funcionalidad en los miembros inferiores.

En esta fase hay que evitar la aparición de adherencias en musculatura intercostal y pérdida de fuerza en músculos de la columna, el puente de hombros es una buena opción para iniciar la extensión de cadera y aguantar arriba.

Una vez que la movilidad no sea dolorosa se inician los movimientos de fuerza, abdominales en flexión, press Palov, rotaciones de tronco o leñador isométrico, después dinámico y finalmente planchas frontales y laterales con apoyo estable y planchas en superficies inestables.

Uno de los músculos que puede verse afectado es el serrato anterior, para ello marcando el final de las flexiones se trabajará y evitará su atrofia.

 

 

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