La rectificación lumbar es una modificación de la curva lordótica original de la columna, en la que ésta pierde su curvatura.

Anatomía de la columna lumbar:
La columna lumbar o raquis lumbar está formado por las 5 vértebras lumbares, L1, L2, L3, L4 y L5.
Está conectada al resto de la columna por su parte superior con la columna torácica a través de la vértebra T12 o D12 y por su parte inferior al Sacro que normalmente son 5 vértebras sacras fusionadas.
Con la columna torácica forma la charnela dorsolumbar y con el sacro forma la charnela o columna lumbosacra.
En cuanto a la columna lumbar podemos encontrar una vértebra de más, cuando la primera vértebra sacra no esta fusionada con el sacro, esta variante anatómica se llama lumbarización.
Por el contrario, cuando la última vertebra lumbar está fusionada al sacro, hablamos de 4 vértebras lumbares y 6 sacras y se conoce como sacralización.
Finalmente, la columna lumbar en un plano sagital, visto de perfil, presenta una curva cóncava vista de posterior a anterior o convexa de anterior a posterior
La lordosis lumbar se mide mediante el ángulo que forma el platillo vertebral superior de L1 con el inferior L5, los valores de referencia son entre 20º y 40º.
Las vértebras lumbares están más próximas por su parte posterior y más alejadas por su parte anterior.
Función de la columna lumbar:
Permite los movimientos de flexión, extensión, rotación e inclinación o flexión lateral, siendo el de menos amplitud la rotación y mayor el de extensión que el de flexión.
En condiciones normales con el movimiento de extensión la presión se dirige hacia anterior y viceversa.
Con la pelvis fija la contracción de la musculatura erectora de la columna, produce un aumento de la concavidad en la columna lumbar. Por el lado abdominal se aplanaría la curva en un movimiento de retroversión.
Mientras que con la columna fija si se contraen los músculos lumbares producirán una anteversión pélvica y si se contraen los abdominales se produciría una retroversión.
Cuando se realizan flexiones lumbares o crunches abdominales o roll up tipo Pilates, la curva se debería borrar ya que la presión se dirige hacia posterior.
Rectificación lumbar:
Esta alteración de la columna que puede ser asintomática o por el contrario producir bastante dolor, la curva de la columna cambia y se produce una rectificación de los mismos desde L5 hacia arriba, lo que hace que en vez de estar ligeramente inclinados por la zona posterior y separados por la anterior estén uno encima de otro literalmente.
Para compensar esta alteración normalmente el sacro se horizontaliza, de tal manera que visto desde fuera puede parecer que la persona tiene el culo salido o “culo pollo” pero en realidad lo que existe no es un aumento de la curva que sería una hiperlordosis si no un quebrado en L5-S1 que acaba por degenerar y romper el disco lo que suele acabar en una hernia L5-S1, también puede producir degeneración discal en el resto de niveles e incluso hernias o protrusiones en el resto de niveles.
Otro mecanismo de compensación menos habitual es una verticalización del sacro.
Dependiendo del tipo de compensación se optarán por unos ejercicios u otros.
Este tipo de patología es muy frecuente en personal laboral que pasa mucho tiempo sentado, especialmente delante del ordenador.
Un ángulo por debajo de 20º se considera rectificación y por encima de 40º hiperlordosis.
Ejercicios para la rectificación lumbar:
En caso de sacro horizontal, habrá que verticalizarlo.
El primer ejercicio consiste en la retroversión de la pelvis, tumbado boca arriba con piernas dobladas y utilizando la musculatura abdominal, en especial los oblicuos inferiores. Este ejercicio produce una verticalización activa del sacro. Hay que tener cuidado con la anteversión puesto que puede aumentar la horizontalización o provocar dolor, por lo tanto, se hará una suave retroversión y se volverá pasivamente a la posición inicial.
El segundo ejercicio consiste en una extensión lumbar con las piernas dobladas a 90º y apoyadas en una silla o fitball, esta posición produce una verticalización pasiva del sacro. Desde esa posición se hace una extensión de la columna intentando sacar el pecho hacia arriba para contraer los erectores de la columna en extensión e intentar que los cuerpos vertebrales vuelvan a su posición original.
Los ejercicios de flexión lumbar como gatos o crunches están indicados siempre fijando la pelvis en retroversión para que los psoas no tiren en exceso de las vértebras lumbares y modifiquen la postura.
Finalmente se puede trabajar el psoas y estirarlo, pero siempre previa retroversión pélvica y estirar los isquiotibiales para evitar tensión en la pelvis.