Las fracturas de húmero se deben principalmente a traumatismos de alta intensidad y enfermedades que debilitan la matriz ósea que facilitan su ruptura.

Anatomía de las fracturas de húmero:
Recordemos que el húmero por su parte proximal se articula a través de la cabeza del húmero con la glenoides de la escápula y el labrum o fibrocartílago del hombro en la articulación glenohumeral o escapulohumeral.
Esta articulación es de tipo sinovial y esférica o esferoidea, la articulación más móvil del cuerpo humano.
De ahí la importancia de iniciar una rápida rehabilitación para evitar pérdida de movilidad en las fracturas de húmero.
Por su parte más distal y medial a través de la tróclea humeral se articula con la apófisis coronoides del cubito en una articulación de tipo sinovial y troclear, llamada articulación humero-cubital.
La parte distal y lateral corresponde a la articulación humero-radial, formada por el cóndilo humeral y la cabeza del radio, de tipo sinovial y elipsoidea.
Clasificación:
Dentro de las fracturas de húmero distinguimos:
Las de húmero proximal, las del eje, cuerpo o diáfisis y las de húmero distal, las primeras en la región del hombro, las segundas en la región del brazo y las terceras en la región del codo.
Además, se distinguen fracturas sin desplazamiento y fracturas con desplazamiento.
Fracturas de húmero proximal:
Se distinguen según la zona de fractura, troquiter (inserción del supraespinoso, infraespinoso y redondo menor) cuello del húmero y cabeza del húmero y el número de fragmentos fracturados.
Fracturas diafisarias de húmero:
Son múltiples las formas de fracturas y ello está determinado por el mecanismo de producción.
Distinguimos según la forma de la fractura y la dirección del traumatismo, pudiendo aparecer fracturas horizontales u oblicuas y fracturas en varios fragmentos.
Fracturas de húmero distal:
Según la zona de rotura se distinguen roturas extracapsulares e intracapsulares, además de la región afectada; supracondílea (por encima de la tróclea y el cóndilo), transcondílea (entre la tróclea o el cóndilo o ambas, intercondílea (en la unión entre la tróclea y el cóndilo), condíleas (en la zona articular) y epicondíleas (los extremos óseos de los que nacen los músculos del epicóndilo y la epitróclea).
Tratamiento en fisioterapia de las fracturas de húmero:
Dependiendo del tipo de fractura se optará por tratamiento conservador, inmovilización del brazo con cabestrillo o quirúrgico para evitar malas consolidaciones óseas, reducir los desplazamientos o ambas.
Durante el proceso de consolidación se deben evitar los movimientos activos de hombro y los de codo.
Se podrán hacer isométricos de codo en las fracturas de humero proximal, del resto de articulaciones se pueden hacer movilizaciones y ejercicios para no perder fuerza.
Para mejorar la consolidación ósea podemos utilizar magnetoterapia.
Una vez consolidado el hueso, se inician los ejercicios dinámicos especialmente en rotación interna y externa para evitar capsulitis adhesiva u hombro congelado.
El fisio mediante movilizaciones de la cintura escapular, hombro y resto de articulaciones con el objetivo de evitar que aparezcan adherencias.
El tratamiento con corrientes de electroestimulación y analgésicas es muy útil para recuperar los músculos atrofiados y controlar el dolor respectivamente.
El orden de ejercicios suele ser isométricos, después concéntricos más excéntricos y finalmente pliométricos para volver a la actividad deportiva.
Complicaciones:
La más común la perdida de movilidad en alguna de las articulaciones que conforma el húmero, en el caso del hombro la capsulitis u hombro congelado y en el codo un flexo de codo que impide su extensión total.
Otras complicaciones con neuralgias por comprensión de los nervios, contracturas, dolor muscular y tendinopatías por una rehabilitación demasiado agresiva o mal hecha.
En el caso de enfermedad metabólica o malos hábitos puede haber retrasos en la consolidación o pseudo artrosis.